Andrew Garfield volvió a demostrar su inigualable sentido del estilo con un look que
combinaba elegancia clásica y un toque moderno, convirtiéndose en uno de los hombres mejor
vestidos de la noche.
El actor lució un impecable traje de tres piezas diseñado por Tom Ford, confeccionado en
terciopelo azul oscuro, un tejido que le dio un aire sofisticado y lujoso. El contraste entre el
brillo del terciopelo y los detalles satinados de las solapas del blazer capturó perfectamente
la esencia de un look clásico con una actualización contemporánea.
Optó por una camisa blanca de algodón perfectamente ajustada, con un cuello italiano que
complementaba su rostro anguloso. En lugar de una pajarita tradicional, Garfield eligió una
corbata de seda negra con un diseño minimalista, demostrando que menos es más cuando se trata de
destacar.
Sus gemelos, de Cartier, estaban hechos de oro blanco y tenían un pequeño detalle en ónix,
aportando un toque de lujo discreto. El actor también llevaba un reloj clásico de
Jaeger-LeCoultre, con correa de cuero negra, que completaba su look sin robar protagonismo.
Para su peinado, Andrew mantuvo su característico look despeinado pero pulido, con un volumen
cuidadosamente trabajado y un acabado natural. Su barba perfectamente recortada añadió un aire
de madurez y elegancia sin esfuerzo. Andrew Garfield volvió a demostrar que entiende la moda
masculina como una forma de expresión que combina lo clásico con lo moderno. Su elección de
colores, tejidos y accesorios no solo fue un acierto estilístico, sino que reafirmó su lugar
como uno de los hombres más elegantes de Hollywood.